De feria en Malgrat, viaje a la infancia

Verano con un presupuesto ajustado aunque con ganas de hacer cosas: Malgrat, a unos 50 kilómetros de Barcelona, es una opción muy buena por su proximidad a la capital catalana pero, sobre todo, por sus precios (algo más contenidos en verano que en muchos otros sitios) y por su cercanía al Empordà. Nosotros llegamos con una semana por delante pero también con muchos planes. La casualidad hizo que esos primeros días hubiera feria en la ciudad.

_R062360

Nos dimos una vuelta: viaje de alguna manera a la infancia, a los parques de atracciones, los autochoques, las camas elásticas, los túneles del terror… A mil y una cosas más, muy divertidas, sobre todo cuando se es pequeño (o no tanto). Nos dimos una vuelta por sus estantes y distintas propuestas. Ese día, no muy caluroso (buena temperatura) no estaba masificado, cosa en nuestro caso de agradecer. Grupos de adolescentes, familias paseando y acabando de decidirse por dónde montarse. De alguno de los espacios salían no solo niños sino también adultos. Excusa perfecta -acompañarles- para sumarse a las risas y la diversión sin manías ni complejos.

_R062386

En una de las atracciones un par de chicas reían a mandíbula batiente mientras los brazos, casi tentáculos, las levantaba a sacudidas buscando, persiguiendo, esa pizca de aventura -controlada-que tanto gusta y tan bien sienta. No muy lejos, una pareja, sobre la veintena, charlan ante una máquina manejando un brazo articulado con el deseo de conseguir alcanzar y sacar un pequeño oso de peluche. No parece tan difcíl aunque no lo logran y ya intuímos que hay ‘truco’. Nosotros también nos animamos.

_R062393

Coordinadamente buscamos establecer las directrices y coordenadas adecuadas para que la mano metálica baje con precisión, agarre con consistencia al peluche y sea capaz de sacarlo y traerlo hasta nuestras manos. La matemática funciona, lo agarramos pero no sabemos muy bien por qué acaba por escurrirse. Lástima, aunque buen y planificado intento. Acabamos nuestro pequeño periplo por la feria contentos de descubrir que también, pese a la enorme oferta actual que incluye ingentes dosis de tecnología, niños y no tan niños siguen también disfrutando de atracciones con el sabor de antes.