«Aliadas», primer equipo femenino de baloncesto del Líbano y herramienta de empoderamiento

En unos momentos imparables de cambio en pos de mayor igualdad de género (y extensible a todos los niveles), este libro escrito por la periodista catalana Txell Feixas, establecida en el Líbano y excorresponsal de TV3 y Catalunya Ràdio, recupera una muy interesante iniciativa alrededor de un equipo de baloncesto femenino, Palestine Youth Club, impulsado en el campo de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, que representa el primer equipo de esas características del campo y del conjunto del país, según detalla en el libro (editado, en su versión en catalán, por «Ara Llibres»). Un proyecto que ya lleva más de una década en marcha y que va mucho más allá estrictamente de lo deportivo.

Por supuesto hay referencias a los sucedido a comienzos de los años ochenta por la Falange Libanesa y en connivencia con el ejército isreaelí contra los refugiados palestinos que habitaban aquel campo, sobrepoblado hoy hasta por trece veces con una demografía de 40.000 almas y que algunos califican de «genocidio». Una barbaridad desgraciadamente siempre asociada a ese nombre, Chatila, que de todos modos gracias a proyectos como éste y libros como el escrito por la periodista catalana va aportando pequeños atisbos de mayor esperanza, especialmente para la situación de la mujer en el mundo ( y árabe, de forma muy especial). Detrás está el capitán Majdi, que inicialmente promovió el proyecto para ofrecer una alternativa a su hija Raza más allá solo del matrimonio -exigido a las chicas a temprana edad por la sociedad que las circunda-. Así, ‘el capitán’ espera que pueda seguir estudiando y labrándose su futuro. El deporte sirve como herramienta de empoderamiento. Las miradas y desaprovación al comienzo son patentes e, incluso, intimidantes. Agresivas.

Después, superadas esas persistentes e intensas resistencias, empieza a crecer un espacio por el que han pasado en este tiempo más de un centenar de jugadoras en este tiempo y ha conseguido que más de dos mil familias se comprometieran a no casar a sus hijas antes de los 18 años. Según el libro, alrededor de doce millones de niñas en el mundo ven truncada su infancia cada año para tener que pasar por el altar (o el ritual que cultural y religiosamente corresponda). Prácticas anacrónicas que chocan con las pautas naturales y lo que le es propio a una niña.

Hay, por lo tanto, espacio para las cifras y para reflejar esas partes todavía pendientes y requeridas de grandes mejoras de forma urgente a nivel global pero también regional o local. Así, por ejemplo, descubrimos que en el campo de refugiados, «un pequeño trozo de Palestina», hay un serio y grave problema de drogadicción, consecuencia de las altas cifras de paro: ocho de cada diez jóvenes no tienen trabajo. Y que viene causado en buena parte por medidas como las que no permiten a los habitantes palestinos de Chatila el acceso a más de setenta profesiones en el Líbano (entre ellas, muchas liberales pero también vinculadas con la Administración o el Ejército).

También, según recoge Txell Feixas, hay un problema con las armas. Hay casi tantas como habitantes en el país: cerca de cinco millones. Realidades, de este modo, complejas y que hay que abordar desde múltiples vertientes. Así, entre tanta poca luz, la iniciativa de este equipo de baloncesto abre algo los horizontes y les da aire ante complejos desafíos con ánimos y voluntad de cambio. En el libro, de forma muy terrenal y concreta, seguimos su periplo hasta conseguir hacer real un reto: viajar en avión y enfrentarse en Madrid a un equipo competitivo y con solera. Ganen o pierdan, ellas ya se sabe de qué lado están.