Tiene un núcleo histórico interesante, con visitas más que recomendables tanto por su valor artístico com arquitectónico a varios de sus edificios, pero Zarautz, a unos veinte minutos de San Sebastián, es sobre todo sinónimo de playa -muy extensa, brava y con encanto- y de un práctica muy relacionada: el surf. Es uno de los grandes destinos mundiales y uno de los pocos de gran prestigio e importancia internacional de la Península con pruebas de máximo nivel.
Su historia, en cuaquier caso, se remonta unos cuantos siglos atrás y como es lógico por su situación geográfica, está muy ligada al mar. Se fundó en el siglo XIII, según leemos, en 1237, y durante varios siglos, por lo menos hasta el s. XVI, la pesca fue su gran motor económico, que con la casi desaparición de la ballena cantábrica en el siglo XVI tuvo que abrirse a otras actividades. La agricultura equilibró algo las cosas, pero también lo hizo la construcción de barcos. Y es que corre el rumor -no confirmado- que la embarcación que primero dio la vuelta al mundo, la nao de Juan Sebastián Elcano, «Victoria», salió del astillero de Zarautz. Elcano era natural de la vecina Getaria, consiguiendo tal hazaña en 1522. Habían salido cinco embarcaciones y solo volvió una.

Volviendo a Zarautz, del centro destacan varios edificios religiosos como la iglesia de Santa María la Real o los conventos de los Padres Franciscanos o Clarisas, pero también casas y torres como el Palacio de Narros, la casa-torre de los Zarauz, la Torre luzea o la casa Porto, actual sede del Ayuntamiento. En el siglo XIX la reina española Isabel II estableció en Zarautz su residencia de verano, ello hizo que ganara el favor de muchos miembros de la aristocracia y que proliferaran las mansiones cercanas al mar. Construcciones que desaparecerían en buena medida, sobre todo durante los años setenta y ochenta del pasado siglo dejando paso a hoteles y edificios de apartamentos.
Hoy, al lado del mar y de su enorme playa de «arena dorada», como la describen desde la oficina de turismo del País Vasco y que coincide con nuestra experiencia, de cerca de 2,5 kilómetros de largo, discurre un agradable paseo marítimo bien surtido de cafeterías, bares, restaurantes y otros comercios muy ligados al turismo, que en la actualidad es en gran parte el responsable que durante los meses de verano -posiblemente, la mejor época para visitarla- triplique su número de habitantes. Zarautz cuenta con un censo sobre los 22.000 habitantes.
Los días y semanas de verano, como decíamos, son posiblemente de las mejores fechas para visitarla, cuando el clima es algo más moderado, con temperaturas más o menos altas pero soportables -y menores que en otros puntos del país-. Y un mar, normalmente rebelde y de ahí que sea sede del campeonato mundial de surf en septiembre, algo más contenido. Atentos, de todos modos, a las mareas, típicas del norte y que hacen que las aguas suban o retrocedan bastantes metros según el momento del día. En algunos casos la diferencia es sensible, aunque no en la playa de Zarautz que como es preceptivo cuenta con los sistemas de control y vigilancia necesarios.
En junio hay fiestas, como las celebradas en honor a San Pelayo, que siguen en agosto con las propias de Zarautz -Semana Grande– y que tienen el epílogo en septiembre, día 9, con la Fiesta Vasca. Buenas ocasiones para degustar las especialidades de la zona, sobre todo de pescado -cocinado de múltiples formas-, y el txacolí -«vino blanco fresco y ligero, con denominación de origen»-.

Acabamos casi como habíamos empezado, con mención a su extensa playa, comprendida entre los acantilados de Santa Bárbara y Mollarri, y que se caracteriza por esos cambiadores de tela, elegantes y de colores, tan curiosos y que nos hacen viajar bastante tiempo atrás. En su parte más oriental, junto a la desembocadura del río Iñurritza, se encuentra la zona de dunas «más extensa del litoral guipuzcoano, declarado Biotopo protegido» y que dispone de pasarelas para cruzar y para disfrutar del avistamiento de un buen surtido de distintas aves. Zarautz es, por lo tanto, una buena alternativa o complemento a otros destinos de mayor nombre, con personalidad y una propuesta diversa. //
(Más contenidos como éste y de viajes en nuestro perfil en IG: @ev_revista)

0 comments on “Zarautz: pesca, ballenas, playa y también surf”