La decoración, personalidad, de un bar, restaurante, hotel… es fundamental. O por lo menos a nosotros nos parece que es un valor añadido extra que hace que tomar algo, un pica-pica o una comida más copiosa, de calidad o económica gane como experiencia. Especialmente en una época como la actual donde diferenciarse es fundamental pero también en unos tiempos en los que el interiorismo de muchos espacios se parece siempre mucho o bastante. En muchos casos, parece sacado de una revista o manual al uso.
Así, a nosotros nos gustó particularmente un bar de temática deportiva -nos gusta el deporte en general- cerca del centro de Múnich, muy próximo a la estación central de trenes y cuyo eje, a bote pronto, parecía y era obvio o bastante evidente que era el boxeo. Muchas fotos, de grandes púgiles y agunas imágenes del que probablemente era el gerente, propietario o dueño, firmadas con personajes legendarios del cuadrilátero. La mayoría o prácticamente todos, norteamericanos. Destacaban figuras como Tyson o Mohammed Ali pero también futbolistas como el alemán Matthaus, posando con la mítica copa del mundo lograda en 1990 con la selección germana en el torneo celebrado en aquella edición en Italia.
También llamaban la atención una cabina telefónica británica -la típica roja de Londres-, dentro del local, así como muchas fotos de películas, actores y actrices – muchas clásicas, antiguas, de acción, westerns, comedias…-. Y, por supuesto en un local de esas características, no podían faltar muchas luces, interior recargado y pantallas siempre emitiendo algún evento deportivo. Nos pareció un lugar singular y curioso, recomendable para tomarse una cerveza, un frankfurt… Para hacer una pequeña parada o tomarse un descanso durante la visita a la capital bávara (muy interesante por cierto y de la que hablaremos en algunos artículos durante este mes de septiembre).
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