Ascenso al pico de Auñamendi: recomendaciones para senderistas inexpertos

No es aconsejable en invierno ni tampoco con mucha nieve ni para personas inexpertas en la montaña. Por lo menos esa fue nuestra impresión, que coincide con las recomendaciones leídas en webs especializadas en senderismo como la del valle del Roncal o en una artículo, crónica, del periódico vasco Deia donde se detallaba pormenorizadamente el desarrollo de esta ascensión hasta los más de 2500 metros del Pico d’Anie (como se le conoce en Francia) o de Auñamendi, en Navarra: la altura precisa es de 2.504 metros siendo el primero que supera esa altitud del Pirineo Occidental. Es un sendero que algunos califican de «moderado» mientras otros – con los que coincidamos- hablan más bien de cierta exigencia. El punto de partida se encuentra en un paraje natural de gran belleza.

Inicio desde el lado navarro

Se puede acceder desde Francia si bien desde el lado navarro, siguiendo la carretera NA-137 desde Isaba y hasta el Col de la Pierre de Saint Martin no tiene pérdida y es fácil de seguir. Desde allí, ya a una cierta altura, empieza el sendero que, según datos oficiales, se puede hacer en uas cinco horas pero que en manos o en los pies y piernas de personas con menos práctica y fondo pueden convertirse sin excesivas dificultades en más de seis y cercanas tranquilamente a las siete. Así que, paciencia e ir bien aprovisionados tanto de comida como, sobre todo, de agua. Y si hace sol y calor, sombrero y/o gorra: imprescindibles. El calzado, mejor de montaña -sobra decirlo-. Y la ropa, transpirable, elástica y ligera. Palos, en muchos trozos, útiles para una mayor estabilidad. Si se está en forma, no habrá problemas. Para los que tengan menos experencia y hagan menos ejercicio, calma y poco a poco.

En verano o en épocas de buen tiempo (necesario para hacer esta excursión, que en otras circumstancias climatológicas puede ser peligrosa) vale la pena madrugar para empezar temprano y tratar de evitar las horas centrales, cuando pega más el sol ya que también es difícil encontrar zonas de sombras. En nuestro caso y al no cumplir con algunas de estas premisas, se sufrió más de la cuenta -que no es necesario-.

Terreno kárstico

La ruta, en general, no está considerada como sencilla y a evitar en épocas con nieve por las simas y grietas existentes, especialmente en el amplio tramo que discurre sobre terreno kárstico. En esa parte hay que seguir las indicaciones, marcas rojas o amarillas según el caso, y los pequeños promontorios de piedras que sirven a modo de ‘hitos’ (según la jerga montañera) y que ayudan a trazar el recorrido (bastante más sencillo de encontrar de bajada, según experiencia personal).

La primera parte es agradable y cómoda, y discurre por zona verda y con vegetación. No se tarda mucho y se cubre en poco tiempo y sin demasiado esfuerzo. El escenario cambia cuando se entra en la parte kárstica donde se requiere cierta pericia e ir paso a paso. No siempre es fácil localizar los puntos, hay que dedicarle algo de tiempo, paciencia y afinar el ojo. Es exigente, si bien al fondo la silueta de este pico de forma piramidal y significado de leyenda en las creencias locales sirve como gran faro para orientar la ascensión. Tiene cierta exigencia, pero sin pasarse. La orientación y el no contar con demasiados lugares donde refugiarse del sol son, a nuestro entender, sus aspectos más delicados.

Desde lo alto y fácilmente con nubes y niebla a menor altura, las vistas sobre la cordillera pirenaica a lado y lado (este y oeste) son espectaculares. Todo el recorrido tiene un desnivel total de algo más de 900 metros (909 m.). La leyenda cuenta que en lo alto de este montaña vivía en un palacio de oro una señora, ‘diosa de las tempestades’, conocida como «Yona Garri», «Maithagarri» o «Jauna Gorri» – esta última en su versión masculina, responsable de desatar los vientos contra cualquiera que quisiera subir y que guardaba sus tesoros en una cueva en lo alto- . Creencias que dotaban a este espacio de un aura mágica y disuasoria para el común de las personas, que preferían por lo general no acercarse a sus inmediaciones.

Así, se trata de una ascensión y descenso posterior -recorrido de ida y vuelta más o menos por el mismo camino, aunque se puede introducir alguna variación de regreso que lleva al mismo punto – que mejor hacer en buenas condiciones climáticas, buen calzado y ropa y con la mentalidad o teniendo presente que puede traer cerca de seis horas para la gente menos experta. Para los habituales de la montaña, puede que cinco o incluso algo menos, como se anuncia al comienzo del recorrido.

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