Time Out Market, buena y diversa propuesta gastronómica con vistas al mar en Barcelona

Abrieron el pasado mes de julio (2024) con una propuesta muy bien pensada, elaborada, diversa, de calidad y en un espacio espectacular, de más de 5.000 metros cuadrados, y con unas grandes vistas desde la planta de arriba del Maremagnum de Barcelona. Una iniciativa con el sello de los periodistas y críticos de este medio de comunicación, de larga y contrastada experiencia, que pone a disposición de vecinos y visitantes un sinfín de opcines y oportunidades que casi obligan a más de una visita -seguro- y que además complementa la parte gastronómica -base de este proyecto- con otras posibilidades de tipo cultural y para la familia. Éstas tienen su espacio y tiempo a lo largo de la semana y también los sábados y domingos -más pensados, en lo que a actividades se refiere, para un público familiar-.

Cuenta con tres bares, catorce espacios gastronómicos, una coctelería (Paradiso), terrazas, entornos interno y externo con panorámicas sobre el Port Vell de la capital catalana, una escalera mecánica de acceso directo desde la Rambla de Mar, una pastelería muy reconocida y premiada (Bubó)… Murales de artistas como Marina Capdevila y Amaia Arrazola, que han reflejado sobre algunas de las paredes de este espacio sus particulares visiones de la ciudad condal. Sushi, hamburguesas, pizzas, marisco, comida tradicional catalana pasada por el tamiz creativo de grandes y concienciados chefs… Un colmado Múrria, con parte de degustación, de dilatada trayectoria y especializados en productos de mucha calidad…

Y también, incluso, espacios para cocineros con Estrella Michelín, que dejan aterrizar su gran inventiva para hacerse accesibles con platos a precios bastante razonables que combinan tradición y vanguardia. Fran López, con una Estrella, y Jordi Artal, con dos, ocupan su lugar en este Time Out Market, con propuestas de preciosas y delicadas presentaciones (‘pequeños cuadros abstractos’), sabores sensacionales y sensibilidad por los productos de proximidad y temporada. El vocablo «cocina de mercado» cobra todo el sentido en este Market, como también en general en el conjunto de esta planta superior del Maremagnum barcelonés.

En nuestro caso, podemos confirmar que lo que allí se prueba merece mucho la pena. Poco avezados a degustar las creaciones de tan elevados fogones, los canelones de Fran López son posiblemente -y que nos perdonen nuestras familias- los mejores que hemos probado nunca. Fabulosos; y eso que aquí un servidor no es precisamente un gran fan de esta receta. De Jordi Artal, su «ternera 36 horas» se deshacía en la boca. Y de postre, un coulant que, como aquí en Catalunya ha popularizado el cocinero Marc Ribas, «tenía mucha magia». Vaya, que al abrirse se descubría un abundante corazón de chocolate líquido que se desparramaba por el plato con sigilo. Colofón a una comida hecha con moderación pero que a nivel de paladar sobrepasó por mucha las expectativas iniciales.

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