Hasta el 17 de septiembre hay tiempo para ir a Perpignán a visitar la mejor muestra de fotoperiodismo de 2016. Esta es ya su 29ª edición con una veintena de exposiciones que ahondan en algunos de los principales acontecimientos internacionales del momento. Mossul, o mejor dicho la toma de la ciudad iraquiana por tropas especiales en lucha contra miembros del ISIS atrincherados salvajamente entre sus calles y casas, ocupa papel protagonista con tres exposiciones y diversos premios World Press Photo. Sorprende o así lo da a entender su director, con cierto tono crítico, que se haya dado tanta relevancia -que la tiene- a ese conflicto pero que por contra prácticamente no se haya hecho nada sobre conflictos bélicos que desangran el continente africano en países como Mali, Somalia, Congo, Sudan del Sur, Etiopía, Egipto o Libia.
En cualquier caso el nivel de esta edición por norma general es alto o muy alto. Hacía varios años que no visitaba el festival -lo había hecho mucho durante la primera década de este siglo- y lo cierto es que ha sido una grata sorpresa comprobar la destreza de los profesionales. También, observar la respuesta de la gente. En fin de semana las instalaciones están llenas de visitantes interesados por este tipo de fotografía comprometida, poniendo de relieve que el fotoperiodismo per se no está en crisis mientras lo que sí parece estarlo -es una evidencia- es la industria. En ediciones precedentes el número total de personas se movió, en promedio, sobre las 200.000.
De entre los trabajos expuestos, por destacar algunos, merecen mucha la pena por lo menos dos realizados para -casualidad o no- el periódico The New York Times sobre la crisis en Venezuela y los asesinatos en Filipinas en esa especie de cruzada sangrienta e irracional contra el narcotráfico y el mundo de la droga lanzada por el presidente Duterte. El fotógrafo Daniel Berehulak asistió en cinco semanas que estuvo en la capital, Manila, a 41 escenas de crimen con 57 personas muertas. Según la información que acompaña la muestra, «tras los seis primeros meses de Duterte como presidente se contaban 2.000 personas muertas por herida de bala a manos de la policía».
La otra exposición, también de gran calidad técnica y narrativa en sus múltiples recursos, es obra de la fotógrafa Meredith Kohut. Cubre un amplio espectro de situaciones en una Venezuela que desciende de forma acelerada en un pozo de inestabilidad y precariedad que afecta a gran parte de la sociedad, incremenando los niveles de criminalidad -ya altos de forma habitual- y acentuando problemas de abastacimiento de alimentos, medicinas en farmacia o, incluso, en hospitales, con una inflación que se dispara y enfrentamientos en las calles que ya se han cobrado más de 100 muertos y gente forzada a exiliarse.
También puede verse una retrsopectiva sobre el fotógrafo Stanley Green que pasó de dedicarse en sus comienzos a la escena underground y punk americana a conflictos como los de Iraq, Siria, Afganistán o Chechenia. Murió el pasado mes de mayo. En sentido más amable, cabe destacar las preciosas y también, en ocasiones, tiernas imágenes de naturaleza y animales de Michael Nichols, colaborador usual de National Geographic.
A continuación, os dejamos algunas imágenes de esta edición del Visa pour l’Image’17.
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