En el número 05 de «EV, entrevistas (y más) para lectores curiosos» abordamos la situación de los refugiados en Europa y en nuestro país de la mano del portavoz de Amnistía Internacional en Catalunya, Dani Vilaró. Tuvimos la oportunidad de profundizar en este complejo tema mediante una larga conversación con el representante de una destacada organización internacional que ha advertido de la situación de este colectivo en el Viejo Continente y que se muestra preocupado sobre la dirección que está tomando todo ello. Además, asegura, una de las principales causas y foco, la guerra de Siria, que se perpetúa y ya va por su quinto año, no parece tener ni pronta ni fácil solución.
Vilaró afirma ver con pesimismo la resolución al conflicto que, con el paso de los meses y de los años, cada vez se ha ido haciendo más difícil. Ante la situación que se está viviendo en Europa con la deriva en muchos países de tipo populista y en muchos casos xenófoba, asegura que se trata de una tendencia mundial ante una globalización mal entendida, con una grave crisis económica de por medio y un miedo generalizado y explotado por algunos candidatos hacia el «otro» y lo desconocido que les está dando grandes réditos en las distintas convocatorias electorales. Desde Amnistía lo único que reclaman es que se cumplan las leyes vigentes y se ofrezca a estas personas las garantías contempladas en el derecho internacional en contextos de conflicto, persecución, etc.
(A continuación publicamos un amplio contenido de aquella entrevista mantenida)

¿Por qué, siendo Siria el origen principal de la gran crisis migratoria de los últimos años, está costando tanto a la comunidad internacional ponerle solución?
A ver… sobre la crisis de Siria diría que hoy por hoy no hay nadie que sepa qué solución puede existir. Es un ejemplo claro de cómo se ha dejado pudrir una situación. Empezó con unas revueltas en las calles que fueron duramente reprimidas por el gobierno pero no era un enfrentamiento militar grave, como sí se convirtió después, con muchos actores. Entonces habría sido mucho más fácil forzar algún tipo de compromiso o negociación entre las partes pero no se hizo por toda una serie de intereses que juegan en la zona.
El problema de Siria es que hay toda una serie de aliados del gobierno sirio, como son Rusia y China, que bloquearon cualquier salida negociada al conflicto en el marco del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. A partir del momento que el conflicto se convierte en lo que es ahora, donde nadie sabe muy bien quién está combatiendo y con qué intereses, donde hay enemigos que luego son aliados y aliados que después son enemigos… Lo cierto es que yo creo que hoy no se soluciona el problema de Siria porque nadie sabe cuál puede ser la salida al conflicto.
¿Cuáles son los papeles jugados por dos países esenciales como Estados Unidos y Rusia en todo ello?
Es complejo de entender y de explicar. Ahora, por ejemplo, Estados Unidos está apoyando algunas milicias islamistas que combaten contra el régimen sirio pero a la vez es aliado del régimen sirio en su lucha contra el ISIS. Y el ISIS, a su vez, también combate contra algunas milicias islamistas. Así que es muy difícil de entender. El combate contra el ISIS está generando alianzas extrañas. Estados Unidos apoya algunos grupos rebeldes contra Al Assad pero también colabora con el régimen en el enfrentamiento contra el ISIS. Cuando lo analizas en profundidad te das cuenta que es muy complejo.
Hay quien habla de un enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos sirviéndose de Siria como terreno de actuación.
No lo creo porque la participación de Estados Unidos en Siria es muy mínima: da apoyo a algunos de estos grupos pero de forma muy indirecta. La implicación de Rusia, en cambio, con aviación y bombardeos es mucho mayor y está bendecida por Estados Unidos. Parece que la postura actual de los principales actores es pensar que el mal menor para todas las partes hoy es que continúe Al Assad en el poder.
Y, ¿cuál es el que están desempeñando potencias regionales como Arabia Saudí, Irán o Turquía?
Estos países compiten entre ellas por erigirse en líderes regionales en toda esa zona. Ven lo que pasa en Siria en base a sus propios intereses y lo que más les puede beneficiar. ¿Qué beneficia más a Irán? Que siga Al Assad. ¿Qué beneficia más a Arabia Saudí? Que caiga Al Assad. ¿Qué beneficia más a Turquía? Pues no se sabe porque es difícil muchas veces entender las actuaciones de aquel país. Sí parece claro que no le interesa que Siria se convierta en un estado fallido por todo el tema kurdo. Con lo cual, cada uno juega sus piezas como si fuera un ajedrez enorme y que va cambiando en función de sus intereses.
Otro actor fundamental es Naciones Unidas: muchas ONG’s, más de 70, se han negado a seguir trabajando en Siria y han denunciado a la ONU por adjudicar contratos por valor de decenas de millones de dólares a organizaciones vinculadas a Bashar al Asad. Incluso han denunciado a la Media Luna Roja.
Bueno, el problema que tienen algunas organizaciones humanitarias que trabajan bajo el paraguas de Naciones Unidas es que tienen que operar en zonas en situaciones muy graves de crisis y de conflicto. Estas organizaciones tienen que actuar sobre el terreno y normalmente necesitan de la colaboración o apoyo ya sea del gobierno o de otros grupos establecidos en determinadas zonas. La relación que se establece entre estas ONG’s y los grupos que detentan el poder y que permiten o no que actúen es muy compleja y nada fácil. Además, muchas veces estas ONG’s, para trabajar, tienen que contar con una contraparte local que puede tener o no determinados vínculos en el país. Y todo esto hace que sea muy difícil de gestionar o, incluso, de saber. No es que lo defienda pero todo es mucho más indirecto de lo que aparece en un titular de prensa.
El último actor por repasar es la Unión Europea. ¿Cómo valora su actuación en el conflicto de Siria? Y, ¿qué opina sobre su reacción ante una de sus consecuencias más graves como es la crisis migratoria?
En el conflicto prácticamente no interviene. No es de los actores principales. No lo hace porque dentro del seno de la Unión existen distintas tendencias: mientras Francia simpatiza más con Al Assad, Gran Bretaña no… Y tampoco existe una posición común para el conjunto de todos los países, como pasa en muchos otros temas.
En el tema de los refugiados, ya lo sabemos: su respuesta ha sido muy pobre, prácticamente inexistente. Desde el primer momento ya se vio que no había una respuesta coordinada, que cada uno planteaba el tema como quería. Algunos de los países de la UE con posturas más duras como Polonia, Hungría, Austria o Eslovenia son los que parece que están arrastrando al resto. Alemania o los Países Nórdicos, que eran los que defendían políticas de acogida más permisivas, están perdiendo la partida en este terreno.
Incluso en los países que comenta, caso por ejemplo de Alemania, partidos más radicales de derechas, populistas o incluso xenófobos, están ganando poder y representación parlamentaria.
El discurso populista está triunfando y hace que países que tradicionalmente han sido acogedores, como lo ha sido Alemania, se estén cuestionando sus posturas por cuestiones internas. Además, pierden elecciones…y esto está arrastrando a muchos otros países hacia políticas de asilo y refugio totalmente contrarias al modelo europeo, si es que alguna vez había existido.
En todo esto, la postura de Amnistía Internacional es muy dura. Nosotros teníamos un sistema, que podía funcionar más o menos de forma eficiente, de asilo y acogida europeo pero actualmente se encuentra completamente desbordado, por un lado por las cifras, pero también por el bloqueo que está ejerciendo sobre las llegadas con el cierre de fronteras.
Incluso, levantando vallas…
Levantando vallas, bloqueando rutas marítimas… y haciendo que éstas se desvíen hacia otras partes, con lo que ello conlleva de mayor peligro para los migrantes, etc.
¿Por qué no se ataca el origen del problema?
Atacar el origen del problema es un buen planteamiento pero, aunque a mucha gente le parezca que están llegando muchas personas, es una cifra perfectamente asumible por los 28 países de la Unión Europea. El problema es que hay países que han dicho que no van a recibir ninguno, casos por ejemplo de Hungría o Polonia, mientras otros tienen que asumir 40.000. Esto genera un desequilibrio evidente. Los números de los que estamos hablando no representan ni el 1% de la población europea.
El auge de los partidos de discurso populista, ¿a qué responde?
Nosotros hicimos una encuesta global en más de 20 países sobre la percepción de la gente sobre el problema de los refugiados. Es cierto que tiene apoyo pero aquella encuesta nos demostró que no cuenta con apoyo mayoritario. Creemos, al revés, que la gente es consciente de lo que está pasando, que se trata de personas que huyen de la guerra, de la persecución, del terror… y que podríamos hacer mucho más para acogerlos.
Respecto a la postura de España, se comprometió a acoger cerca de 16.000 personas antes de 2017 y de momento la cifra no llega ni a 1.000.
Sí, la cifra con la que se trabaja queda bastante lejos (algo más de 500 – este septiembre-). Así que estamos muy lejos del compromiso, que además consideramos que era bajo.
Y esto, ¿a qué se debe?
Nosotros hicimos un informe (mayo’2016) sobre el sistema de asilo español y creemos que estas cifras se deben a un sistema de asilo, con un mecanismo burocrático y de permisos que dura seis, que está haciendo de tapón. Hay gente que espera hasta dos años para que se resuelva su situación. Pero es que España curiosamente no está tampoco recibiendo muchas peticiones, pese a ser uno de los países más grandes de la Unión Europea. La mayoría de la gente no quiere venir a España por los problemas de paro y poco trabajo… Prefieren enfocarse hacia economías en mejores condiciones.
Pese a no recibir muchas peticiones, el sistema de asilo español es ineficaz. No proporciona solución en el periodo que se dice. Diríamos que el retraso se debe a un colapso administrativo y burocrático del sistema.

Haciendo una radiografía global, ¿cuántas personas hoy en el mundo podrían estar consideradas como refugiadas?
Pues estaríamos hablando de una cifra entre 21 y 25 millones de personas.
Y, ¿hacia dónde se desplazan principalmente?
La mayoría de los refugiados se encuentran en África. Personas que huyen de un país y se establecen en otro. Muchos países vecinos los están acogiendo, sobre todo alrededor de dos puntos: por un lado, toda la zona cercana a Somalia, Eritrea, Kenia y Etiopía. Y por otro, toda la zona próxima a Nigeria, con el problema con Boko Haram. Afecta a países como Camerún, Chad, etc. Luego también están Sudán, Congo… y los conflictos que viven.
Allí, los procesos de asilo, ¿cómo funcionan?
Allí sí existen campos de refugiados muy grandes y multitudinarios de Naciones Unidas como el de Daadab, que es el más grande del mundo, con cerca de 90.000 personas y que se encuentra en Kenia. Lo que pasa es que no se gestionan las solicitudes de asilo pero se les ofrece ayuda humanitaria a través de distintas agencias de la ONU.
Estas situaciones están pasando ahora en países como Turquía, que tiene cerca de dos millones de refugiados de la guerra de Siria. Y Jordania tiene una cifra parecida. Líbano, que tiene una población de tres millones, tiene cerca de un millón de refugiados sirios. Entre esos países acogen a prácticamente el 90% de los refugiados de aquel conflicto.
Y dentro del drama de los refugiados, se encuentran las situaciones especialmente delicadas de mujeres y niños, que muchas veces viajan solos. Y las mafias que se aprovechan.
Sí, es que parte importante de los refugiados son niños. La mayoría son familias. Y existen estas mafias que los utilizan. Nosotros, delante de algunas de las acciones que se han tomado y que se han justificado para acabar con la acción de las mafias, defendemos que si existieran rutas legales y seguras de acceso al asilo y a la protección, éstas desaparecerían. Nosotros pedimos que las personas que, según la jurisdicción internacional, tiene derecho a pedir protección, puedan hacerlo sin tener que recurrir a estas rutas tan peligrosas que alimentan a las mafias y que están causando tantas muertes.
Poner vallas y cerrar rutas marítimas y fronteras, por el contrario, es lo que está alimentando a las mafias porque no deja ninguna otra opción a las personas que huyen de zonas de conflicto, situaciones de persecución, etc.
¿Cómo podrían articularse estas rutas legales y seguras?
Puede hacerse perfectamente. Una fórmula sería utilizando las embajadas de la Unión Europea en países como Jordania, Líbano, Turquía… para que realizaran las peticiones pertinentes. Los países europeos tienen allí sus representaciones diplomáticas. ¿Por qué no se permite que la gente que se encuentra en aquellos países haga los trámites desde allí? ¿Por qué se les obliga a llegar a un país europeo para hacerlo y que hace que vayan locos por pisar terreno europeo?

Y, ¿por qué no se está haciendo?
Porque no hay voluntad política para desbloquear esta situación. Es la única explicación que encontramos: no hay intención de resolverlo porque medidas las hay y se podrían tomar pero no se está haciendo.
Nosotros, desde Amnistía Internacional, pedíamos que los países más desarrollados del mundo se comprometieran a acoger 400.000 refugiados sirios cada año hasta que se resolviera el conflicto. La Unión Europea, Rusia, China y un bloque de países africanos se han negado. Estados Unidos estaba dispuesto a acoger una cifra importante. Canadá ya ha acogido 40.000. Alemania ya tiene más de 70.000 sirios. Algunos países están predispuestos pero otros, muy poco. Gran Bretaña no debe haber acogido ni a 10.000, Italia tampoco se mueve en cifras apreciables…
Antes comentaba la tragedia de las muertes en el Mediterráneo…
Sí, este año ya va a ser el peor. Desde que empezó la crisis de Siria las cifras cada vez han sido peores. Ahora (en septiembre, cuando se produjo la entrevista) ya se habla de casi 4.000 personas que sabemos que han muerto en el Mediterráneo, sin contar las que no se han podido contabilizar por desconocimiento. Al cerrar la ruta de los Balcanes, todo el movimiento se ha desplazado al mediterráneo central donde la distancia entre las costas es mucho mayor. Salen de Libia hacia Italia pero no llegan. Además la Unión Europea canceló una operativa que estaba ayudando bastante. Se llamaba Marenostrum, la había puesto en marcha la armada italiana, salía en busca de las lanchas procedentes de Libia pero era enormemente caro. Lo que pidió Italia era mantener el dispositivo pero con ayuda europea, de los socios comunitarios. Ningún país se ofreció a ayudar y se tuvo que cancelar en septiembre de 2015. En ese momento, la Unión Europea lanzó otro operativo, Tritón, que es básicamente lo mismo: barcos militares navegando por el Mediterráneo. Pero tiene un problema y es que no van a buscar las lanchas sino que, al ser gestionado por Frontex, se limita a vigilar las fronteras de la Unión, a no más de 30 kilómetros de las costas. La distancia a la que se alejan de las costas es poca, salen al mar, dejan atrás tierra pero no se alejan lo suficiente para socorrer a las embarcaciones que intentan llegar hasta Europa. Esto ha hecho que se incremente la mortandad en el mediterráneo central, sobre todo después de cerrar la ruta balcánica.
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