Kubrick, un director de cine genial pero también controvertido

Kubrick era genial. Fue y todavía es uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos, con piezas consideradas revolucionarias pero también fue en vida controvertido por obsesivo o extremadamente perfeccionista (hasta, dicen, la extenuación o rozando lo absurdo). Probablemente fruto de este nivel de exigencia consigo mismo pero también con su equipo o actores, realizó películas memorables que serán siempre recordadas.

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) le dedica una exposición, que se podrá ver hasta este próximo mes de marzo, y que hace un detallado recorrido por su actividad creativa. Descubrimos, por ejemplo, su primera fotografía publicada en la revista «Look» en sus comienzos en el mundo de la imagen en su natal Nueva York y que consiguió casi de forma precoz a la temprana edad de 17 años. «Look» era la competencia por entonces de la más conocida y popular revista «Life».

Su paso de la imagen fija a en movimiento tampoco tardó mucho en producirse. Antes de los 30 años ya había firmado varios largometrajes. En esta exposición, que cuenta con cerca de 600 elementos asociados al mundo de Kubrick, encontramos además de cantidad también diversidad de referencias, yendo desde unas cuarenta piezas audiovisuales pasando por una de sus sillas de rodaje, cámaras y ópticas, a objetos más icónicos o de simbología peculiar como los vestidos de las inquietantes gemelas de «El resplandor», un amplio abanico de maquetas desarrolladas para la película «2001: una odisea del espacio» o el vestuario para la película «Espartaco». Por supuesto, mención aparte merece el disfraz de gorila, máscara incluída, utilizado para el rodaje de «2001».

Otras máscaras, para la película «Eyes wide shut», o el mobiliario singular y provocativo usado en «La naranja mecánica» son dos de los elementos que más atención captan por parte de los visitantes. Éstos se quedan parados varios minutos para conocer algo más sobre el universo desarrollado por Kubrick para la inquietante orgía de su última película rodada con Tom Cruise y Nicole Kidman como pareja en el papel protagonsita en el largometraje (y por entonces también en la vida real). Descubrimos entre la explicación referencias a Dante y al infierno. Coherente, parece, con el desasosiego generado -probablemente, intencionadamente- por aquellas escenas.

Seis euros (cuatro con descuento) bien invertidos para sumergirse en uno de los mundos creativos más ricos, complejos y precisos de un director que es historia del séptimo arte. La exposición, que ha pasado ya por Los Ángeles, Seúl, París o Ciudad de México, habla así también de proyectos que no vieron la luz, que nunca llegaron a rodarse pero que estaban bastante avanzados sobre la vida del emperador francés Napoleón o el nazismo en «Los papeles arios». Buena exposición, amena, entretenida, seria, detallada y bastante completa sobre un genio lleno de ideas, innovador pero también difícil.