En este artículo sobre Valencia recuperamos un texto publicado en un número de nuestra revista sobre uno de los espacios de la capital del Turia que más nos sorprendió y gustó. Se trata de la Iglesia de San Nicolás, restaurada en los últimos años y que hay quien compara -salvando las distancias- con la Capilla Sixtina del Vaticano.
«Negrura”, “degradación del color” o “luz asfixiada” fueron tres de los términos empleados por los responsables de la restauración de las pinturas barrocas que recubrían bóvedas, pilares y muros de esta parroquia valenciana para referirse a su estado hace apenas algunos años. Los utilizaron durante la presentación de los resultados de restauración en febrero de 2016 para poner de relieve el gran trabajo realizado y que sitúa a esta parroquia como uno de los grandes reclamos turísticos de Valencia.
En aquel entonces, según aseguró Pilar Roig, máxima responsable del proyecto y catedrática de la Universitat Politècnica de València (UPV), su estado de conservación llamaba por lo pronto a la «prudencia». Tras la restauración los resultados son espectaculares gracias a la intervención de un centenar de profesionales, el uso de técnicas innovadoras y que han llamado la atención de expertos de países como Italia, Francia, Suiza o Malta. Y un presupuesto de 4,5 millones de euros sufragado íntegramente por la fundación privada Hortensia Herrero, esposa de Juan Roig y vicepresidenta de Mercadona.
El responsable italiano de la última restauración aplicada a la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, que ha colaborado en este proyecto, Gianluigi Colalucci, también mostraba entonces sus reservas y es por ello que aplaude las tareas desarrolladas, que si cabe eran aún más complejas que en el propio Vaticano ya que en el caso de San Nicolás muchos de los murales no llegaban ni a intuirse. “Viva la Capilla Sixtina de Valencia” fue el mensaje de móvil que mandó a Pilar Roig y que evidencia su magnífico aspecto actual, una vez recuperada gran parte de su luz original.
Además, estos trabajos han permitido recuperar un mural de prácticamente 20 metros cuadrados que ha aparecido tras estar oculto detrás de una capa de cal detrás del altar y del que sólo se tenía constancia a partir de los diseños pictóricos originales que se habían conservado.
Otros datos que dan la magnitud de los trabajos desempeñados son los 100 kilos de algodón empleados, 500 pinceles, 10.000 litros de agua destilada, 6.000 hojas de papel japonés para la fijación de las pinturas y, sobre todo, las más de 41.000 horas empleadas por los expertos implicados en un equipo multidisciplinar, que utilizó algunas técnicas que han llamado la atención internacional como el uso de microbacterias no patógenas alimentadas en el laboratorio o el uso del láser.
El barrio del Carmen de Valencia, descrito por un periodista de El Mundo como un barrio fundamentalmente “de gente” gana un edificio singular que deslumbra a sus visitantes con una profusión extraordinaria de pinturas y colores, propia del barroco y que lo convierte en uno de los mejores ejemplos de la capital del Turia de convivencia entre una estructura del siglo XV (gótica) con unas pinturas del siglo XVII (barrocas).
Se había realizado una restauración en los años veinte del siglo XX pero requería de una nueva intervención sin género de duda a tenor de los opiniones vertidas por los profesionales. En 1981 esta parroquia había sido declarada como “Monumento Histórico Artístico Nacional”.
Los murales originalmente fueron pintados por Dionís Vidal, discípulo de Antonio Palomino en 1700. Recrean la vida de San Nicolás de Bari en uno de sus lados mientras en el otro describen episodios de la existencia de San Pedro Mártir. De hecho, aunque popularmente la iglesia se conoce como de “San Nicolás”, su nombre completo incluye a los dos santos de quienes pueden conocerse episodios de sus vidas y milagros levantando la cabeza y admirando algunos de los capítulos más destacados de las mismas en las bóvedas góticas, pilares y muros de esta parroquia. En la información oficial de la parroquia se detalla que se trata de “escenas que van desde la niñez, pasando por la predicación y milagros en vida, hasta llegar a su muerte y los prodigios que ocurrieron cuando se veneraban sus restos mortales”.
“12 primeras parroquias cristianas”
La parroquia fue construida en 1242 durante el reinado de Jaume I y se encuadra dentro de lo que se conoce como “Las primeras doce parroquias cristianas de la ciudad de Valencia”, después de la restauración de la Diócesis en 1238.
La iglesia primitiva fue reformada por iniciativa de la familia Borja entre 1419 y 1455, ganando superficie y anexionando lo que por entonces era el cementerio parroquial. Su estructura es relativamente sencilla con una nave principal de seis tramos, capillas a ambos lados de profundidad media, presbiterio poligonal y cubierta de bóvedas de crucería simple. La capilla de la Comunión se construyó posteriormente en el lado del evangelio en 1760 y fue ampliada y restaurada en 1853. Su decoración es rococó.
El campanario, de tres cuerpos, fue levantado entre 1658 y 1757. El primero corresponde a la antigua iglesia gótica y los otros dos son de ladrillo. Las campanas prácticamente desaparecieron durante la Guerra Civil de 1936 aunque se conservó una, la que lleva por nombre “Vicent” y que data de 1755. Las otras son posteriores: “Colau” (1947), “Triple” (1947), “Pere la Gran” (1948) y “El Miquel” (1976). El campanario fue restaurado en 2007.
Desde que se dieran a conocer los resultados de las ingentes tareas de restauración aplicadas y los muy buenos resultados obtenidos, muchas han sido las referencias a la magnífica Capilla Sixtina del genial Miguel Ángel. Si bien la calidad en el caso de San Nicolás no llega a esos niveles de excelencia que la Historia reserva sólo para unos pocos elegidos, San Nicolás también impresiona tanto por su belleza como por su gran superficie. Se trata de más de 1900 metros cuadrados de pinturas frente a los 800 de la obra maestra del Vaticano, que según el restaurador italiano Colalucci han pasado en este caso de Valencia de “ser tan negros” a ofrecer “tanta luz y color”.
Además y por si esto no fuera poco, se han llevado a cabo trabajos de consolidación arquitectónica, que han contribuido a que esta restauración sea considerada como una de las “más importantes de Europa” llevadas a cabo en los últimos años. //
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