Primer fin de semana de desescalada después que los padres lo pudieran hacer hace siete días con sus hijos menores de 14 años. Medidas asimétricas y adaptadas según las condiciones y circunstancias de cada región y municipio. Para los núcleos de menos de 5.000 habitantes, más laxitud. Para los otros, restricciones por franjas horarias según edades y actividades. Francia, Alemania e Italia también empiezan la vuelta a la normalidad con medidas y fases parejas aunque con matices y diferencias.
En España, en algunas zonas, se vieron imágenes que dejaban entrever un enorme entusiasmo de la gente por pisar la calle. Hambre de asfalto, de sol, de gente, por caminar, correr… La franja en ciudades más o menos grandes reservada para la práctica deportiva, en esta primera fase, va de 6 a 10 h de la mañana y de 20 a 23 h por la noche. Después es turno para las personas mayores, que también cuentan con sus horas, aunque pocas y tratando de evitar que puedan a llegar a coincidir en la calle con los niños. Estos sí, disponen de más horas que nadie, acorde a sus enormes reservas de energía y a su grado de desarrollo físico.
En Barcelona en un paseo tranquilo de hora y media hasta el frente marítimo, escenas de decenas de personas andando, corriendo, en bicicleta, patinando… Gente que probablemente antes del confinamiento no estaba muy avezada a la práctica deportiva pero que tras lo vivido con el confinamiento ha recuperado las zapatillas del armario para darle algo de vida al cuerpo y a la cabeza. Frente al mar, casi imposible mantener las distancias recomendadas entre personas y que deben moverse entre uno y dos metros. Mucha, mucha gente. Sonrisas y expresiones agradables en sus rostros, aprovechando después de casi 50 días, la que probablemente sea la salida más larga en este tiempo.
El domingo, algo más tranquilo, cambio de itinerario. Nos movemos hacia el Mercat de Santa Caterina, uno de los más bonitos del centro de la capital catalana, y en dirección a la Catedral y la Plaça Sant Jaume, sede del gobierno de la Generalitat y del edificio del Ayuntamiento. Ante la Catedral, algo insólito antes, apenas unas pocas personas y, obviamente, ningún turista. En los bancos, enfrente, varias personas sentadas al sol y respetando escrupulosamente las distancias de seguridad. En Sant Jaume una pareja habla con el guardia de la urbana. Sobre sus cabezas cuelga una pequeña pancarta con un arco iris y la frase en catalán «Ens en sortirem» (saldremos adelante).
El número de contagios y de muertes diarias sigue bajando aunque todavía se mueve sobre cifras muy serias, entre 200 y 300 fallecidos. Han perecido en España más de 25.000 personas víctimas de la pandemia y los datos de contagios han superado los 200.000. Existen dudas sobre cómo va a evolucionar todo aunque hay esperanzas que con la llegada del calor el coronavirus de una tregua. En otoño, no obstante, puede haber un repunte. Prudencia.
(Más fotos sobre este tema en nuestra cuenta de Instagram: @ev_revista)
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