A falta de poder viajar, la cocina es una buena alternativa en estos días de confinamiento y pandemia para acercarnos a la realidad de otros países. Hacerlo, además, a través del paladar, es una buena forma para conocerlos algo más y puede que mejor. La cocina dice mucho de la historia, la geografía y la cultura de los lugares. En este caso nos acercamos a un plato típico de los Balcanes, el mediterráneo oriental y los países árabes. Más o menos, de los espacios que no hace tanto conformaban el antiguo Imperio Otomano, desaparecido tras la Primera Guerra Mundial a comienzos del siglo XX y que poco después dio lugar a Turquía. La moussaka que aquí preparamos es la receta griega, curiosamente, según encontramos en Internet, la más conocida de todas ellas pero de la que no se tiene constancia en el país heleno hasta 1920.
La base es la berenjena, que se corta a rodajas, y se fríe con algo de aceite (en las versiones más saludables, también se puede hacer al horno durante una media hora). Un buen consejo previo es untar las rodajas con sal normal y dejarla colar un rato para que gane sabor y suelte agua. La segunda capa es de carne picada, normalmente de cordero, mezclada con tomate picado, cebolla y una pizca de ajo: todo hecho con algo de aceite de oliva (algunas versiones incluyen también en esta capa hierbas y especias, como un poco de canela y pimienta negra). Se fríe hasta que se haga la carne (al gusto) y la cebollla se dore (es importante llevar un buen control porque es fácil que tanto esta última como el ajo, de pasarnos, se quemen y la mezcla pierda).
Una vez hechas estas dos capas, se ponen sobre la bandeja (mejor, molde) que meteremos en el horno. La berenjena en primer lugar, con la carne picada y todo el sofrito encima. Y para rematar, la bechamel (todas se han hecho previamente por separado). En Grecia, según leemos, es también habitual que, como verduras, además de la berenjena se añadan calabacín, setas y algunas uvas. En el horno hay que dejar que se haga durante unos veinte minutos, tiempo suficiente para que se dore la bechamel, aunque yendo con cuidado porque el exceso de calor puede perjudicar al conjunto -y, sobre todo, a las berenjenas-. Hay también recetas que en lugar de la bechamel optan por una mezcla a base de huevo, nata espesa, queso fresco y pan rallado.
El conjunto, hay que decirlo, es delicioso y no particularmente difícil aunque sí algo laborioso. Lleva cerca de una hora de cocina aproximadamente, con una buena planificación de las distintas tareas a realizar. El resultado, ciertamente, no decepciona. La suma de todos los sabores y la magia del horno hacen el resto. Buena manera de viajar a Grecia sin moverse de casa, a través del gusto, los sabores, y desde la cocina de casa. Algo de música helénica de fondo pone la guinda. //
También te pueden interesar:
Pequeña y sabrosa aproximación a la tradición gastronómica griega
0 comments on “Moussaka, delicia balcánica de berenjena y carne picada. La griega, la más conocida”