Galerías Maldá: un nuevo espacio para el universo freaky en Barcelona

Hacía años que presentaban un aspecto bastante desolador y las perspectivas tampoco eran demasiado positivas para el futuro más inmediato. Las Galerías Maldá, en el centro de Barcelona, cerca de la Plaza del Pi y las Ramblas, hacían frente a un futuro muy poco halagüeño. Parecía -como ha pasado con otras galerías comerciales- que se verían abocadas al cierre o venta pero las cosas cambiaron hacia finales de 2017. Y de una forma muy drástica. Detrás de ese cambio se encuentran varios comerciantes de productos o del entorno freaky que le han dado la vuelta, como se dice coloquialmente, como a un calcetín. Ya en las últimas semanas de aquel año abrieron algunas tiendas que incluso el día de su estreno registraban colas de entrada. El escenario durante 2018 dio un vuelco radical.

Durante nuestra visita a las Galerías Maldá no paramos de ver gente entrar y salir de las tiendas en un trasiego constante que parece que ha revitalizado unas Galerías que mostraban un aspecto bastante más sombrío apenas un tiempo atrás. Una figura de cartón de Goku o de un mago evidencian el cariz que está tomando y que ha llevado a que hoy por hoy ya se contabilicen una quincena de tiendas de muy diversa índole aunque con un eje temático común. Llaman la atención las relacionadas con dibujos como «Bola de Drac» pero también, por supuesto, las relacionadas con cualquier tipo de producto aparecido en la serie «Juego de Tronos» o la saga «Star Wars». No podían faltar tampoco las de venta de complementos curiosos, algunos sacados de películas futuristas o ‘retro’ (típicas de los años ochenta o noventa) o también del mundo de los videojuegos.

Varitas, ropa de cuentos de hadas, máscaras, pantalones o chaquetas de cuero, armas de plástico de todos los tamaños y usos inimaginables para los profanos… Los escaparates son una muestra extraordinaria de originalidad, multicolores y llenos de referencias varias. Los pasillos, adornados de lucecitas, contribuyen a construir un universo muy particular en el que también hay locales donde hacerse un tatuaje o comprar comida, por poner dos ejemplos. Sobreviven los cines Maldá -de toda la vida-, que será interesante ver si acaban o no por readaptarse a estos cambios. Pero también hay establecimientos cerrados que recuerdan la situación que se vivía tampoco hace tanto. Poco a poco, en cualquier caso, parece que la vitalidad y dinamización de estas galerías gana terreno. Y a gran velocidad.

Comercios de venta de ropa, calzado… Diríamos tradicionales también se encuentran entre la oferta de establecimientos de estas Galerías, que conforman una propuesta todavía a medio camino entre lo uno y lo otro -aunque con mucho más de lo uno que de lo otro- y que habrá que ver si permite espacio para todos en una coexistencia que dé rentabilidad para todos. Imaginamos, asimismo, que no tardarán tampoco en llegar -si es que se puede, que lo desconocemos por cuestiones de licencias y permisos- locales de restauración adecuados a la oferta actual  y que pueden redondear la estancia en este entretenido y original espacio de Barcelona. Mientras, visita más que recomendable a unas Galerías que parece -así lo hace pensar todo- que están sabiendo reposicionarse en el contexto actual.

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