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Verona, la ciudad de Romeo y Julieta

Puede que parezca una exageración pero realmente la experiencia marca y señala que Verona es el gran escenario de la obra de William Shakespeare. La influencia y ascendencia de su tragedia, ambientada en esta ciudad del norte de Italia es considerable y casi -para los visitantes- definitoria. El monumento que a simple vista parece generar mayor interés y atracción es una figura dentro de un patio interior que representa y casi homenajea a Julieta, con su popular balcón prácticamente sobre sus hombros. Las colas se generan ya prácticamente desde temprana hora, sin ticket de entrada, para ver la figura y hacerse una fotografía con la mano sobre uno de sus pechos desnudos y que la creencia apunta que podría «dar suerte en el amor». Arriba, muchos son también los que inmortalizan su presencia sobre probablemente uno de los balcones más famosos de la literatura universal.

Es uno de esos lugares que sí o sí hay que visitar en Verona, como también otro de los grandes espacios de esta milenaria ciudad, de más de 2.000 años de historia, una de las puertas de acceso desde el norte a Italia, como es la Arena de Verona. Anfiteatro romano, data del siglo I, se encuentra en buen estado de conservación y albergó, entre otros, espectáculos de gladiadores, con capacidad para 30.000 asistentes. Durante nuestra visita, lo vestían de gala para un concierto de ópera de alto copete y que, según lo visto, seguro sería impresionante. El anfiteatro se encuentra en la Plaza de Brá, una de las más grandes de Europa, según leemos, y que forma parte del circuito de plazas, puentes, acueductos y callejuelas que no pueden perderse.

La ciudad vivió algunos de sus momentos de mayor apogeo bajo el Imperio Germánico y también con los carolingios, hasta su alianza con la República veneciana y su acceso com parte de Italia en el último tercio del siglo XIX. Fue, ha sido y -puede que todavía algo se conserve- urbe de grandes e importantes comerciantes -el río Adigio marca en buena medida su orografía-, aristócratas y clérigos -fue sede papal entre los años 1181 y 1185, alojando a Lucio III. Habitada desde época paleolítica, en el Congreso de Viena de 1815 fue adscrita a Austria, haciendo gala de esa mezcla intercultural que acerca esta zona de Italia a Europa Central.

Otro de los lugares por ver y disfrutar es la fortaleza de Castelvecchio, convertida de una parte hacia aquí en gran espacio artístico y museístico. Dentro, alberga una muy interesante y de altos vuelos colección, que verdaderamente sorprende -por inesperada en una construcción aparentemente de esas características- y que incluye obras de nombres como Mantegna o Rubens. Por esta urbe, sus palacios y casas nobles pasaron personajes como Dante, Petrarca o Giotto.

Verona, situada en la región prealpina del Véneto, es la segunda ciudad en importancia de aquella región (tras la ‘ciudad de los canales’) y ofrece y propone muchos elementos para disfrutarla, dejándose imbuir por esa coloración mayormente de tonalidades anaranjadas y característica de esa urbe, que año tras año atrae a miles de personas con Julieta y su escultura, el balcón (y también, aunque menos visible, Romeo) como escenario ideado por Shakespeare y que algunos dudan si existieron o no.


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