Estuvimos a finales de septiembre por Asturias, final de temporada, con pocos turistas y un tiempo que ya empezaba a abandonar el verano y a poner los pies de forma aún vacilante aunque irremisible en el otoño. Días grises, algo de viento, temperaturas templadas y a la baja… Sol, cuando salía, apacible y muy de agradecer. Fue una muy bonita experiencia y una pequeña incursión que nos dejó con ganas de más -y sobre la iremos desgranando en los próximos días poco a poco algo más sobre los destinos que cubrimos y que nos llevaron hasta Gijón pero también a la capital, Oviedo-. O a pueblos con nombre y subrallados en cualquier itinerario por esa demarcación, como Cudillero, Luanco o Canvás. Mención aparte merecen parajes naturales espectaculares -sobre todo incluso más en días incómodos, de lluvia y algo de viento- como fueron la Playa del Silencio o Cabo Vidio. Remarcables también -sobra decirlo- los Lagos de Covadonga: bellos y una visita muy bien organizada, con autobuses que te llevan desde las zonas de aparcamiento (por lo menos cinco, que contabilizamos, a distintas distancias) hasta lo alto, por precios más o menos aceptables -aunque tampoco bajos-.
Aquí dejamos una pequeña galería de imágenes que nutrirá próximos artículos:
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