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Besalú: ‘el pueblo del puente’

Es un pueblo pequeño, de unos 2.500 habitantes, con una historia francamente muy interesante y un puente de acceso, fortificado, considerado «Bien Cultural de Interés Nacional» que, sin duda, puede considerarse el más espectacular de Catalunya y, muy probablemente, entre los más recomendables del conjunto del estado. Su aspecto es imponente. De ocho arcos y origen, según se cree, como mínimo del siglo XI (hay documentación al respecto de 1075), ha vivido muchas transformaciones a lo largo del tiempo como efecto de vicisitudes diversas, como inundaciones periódicas del río Fluvià sufridas entre los siglos XIV a XVIII u otras modificaciones más recientes derivadas de la transformación de esta localidad. Sea como fuere, sigue siendo uno de los grandes iconos del municipio, de la comarca de La Garrotxa y de las tierras gerundenses.

Cruzarlo es una grata y bonita experiencia, como también bajar para tener otra perspectiva de su monumentalidad y también cierta belleza. No es extraño que diera nombre a una de las novelas históricas catalanas más populares de este siglo, «El pont dels jueus», de Martí Gironell. Permite, en este sentido, acceder a la villa medieval que más o menos mantiene un cierto parecido con la original, no solo por la conservación del puente sino también por sus baños judíos, la iglesia del Monasterio de Sant Pere o el antiguo hospital de peregrinos de Sant Julià, entre algunos de los edificios más destacados.

Su esplendor, por lo tanto, lo vivió por entonces (hoy mantiene un gran potencial como destino turístico) cuando ostentaba un papel remarcable entre las tierras del litoral, agrarias y de comerciantes, y las tierras altas, ganaderas. Era, además, uno de los grandes condados catalanes del momento, con tierras que podían extenderse desde los valles de Camprodón hasta Figueres o Banyoles. La villa se estructuraba alrededor del castillo, localizado sobre el monte de Santa María y donde antes, según detallan desde el municipio, en época romana se situarían los edificos más importantes. Como condado, se independizó del de Girona bajo el reinado de Guifré el Pilós a finales del siglo IX y tuvo gran relevancia sobre el año 1.000, concidiendo con el final del dominio carolingio.

Su historia, en cualquier caso y según leemos, en lo que se refiere a vestigios de población, se remonta hasta el año 1.200 a.C. y parece corroborada, tras excavaciones arqueológicas de finales del siglo XX, que hubo en esta zona un asentamiento íbero estable sobre los años 350 a 250 a.C. previo a la llegada de los romanos, que hicieron de esta población un núcleo próspero y dinámico. Besalú, por lo tanto, pese a ser pequeño, tiene una enorme historia acorde con la grandiosidad de su icónico puente.

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