Jerusalén y Belén

Reyes Magos: ¿qué sabemos de ellos?, ¿de verdad eran tres o eran reyes?

Ya se acercan los Reyes, una fecha con mucha tradición todavía entre nosotros y que es uno de los días preferidos de los más pequeños. Melchor, Gaspar y Baltasar traerán muchos regalos y alegría a nuestros hogares la noche de este 5 al 6 de enero pero ¿qué sabemos de ellos? ¿Eran realmemte tres? ¿Eran reyes? ¿Y magos?


» La única referencia en la Biblia sobre estos personajes se encuentra en el Evangelio de Mateo, que es el único autor que habla de ellos. En uno de los pasajes, cita:

“Después de nacer Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén preguntando: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle’”.

Otra mención, señala:

“Y entonces, la estrella que habían visto en el Oriente se colocó delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Y entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; luego abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.

Así,¿cómo sabemos si eran reyes, si eran tres, de dónde venían o como se llamaban?
Reyes es una atribución que se les otorga más tarde mientras se asume como válida desde un principio su naturaleza como magos aunque no entendidos desde una perspectiva con capacidades adivinatorias o sobrenaturales sino más bien científicas y, sobre todo y en concreto, como “astrólogos”. La versión a que se atribuye más credibilidad habla de astrónomos venidos de Persia, de edades parecidas, vestidos con los ropajes de aquella región y época, y con capacidades de interpretación de fenómenos asociados a estrellas y planetas.

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Basílica de la Natividad, en Belén. Al fondo y por debajo del nivel del suelo se encuentra el lugar donde supuestamente nació Jesús.

El que fuera Papa, hoy honorario, Joseph Ratzinger, habla en uno de sus estudios teológicos sobre las particularidades del término “mago” en la Biblia, al que atribuye la naturaleza de sabiduría, como “conocimiento religioso y filosófico”. Joao Scognamiglio, autor de “Lo inédito sobre los evangelios”, aseguraba en un artículo que “el nombre de magos no debe ser entendido con las connotaciones de nuestro tiempo, pues en aquella época significaba personas de cierto poderío y que se distinguían especialmente en los conocimientos científicos, sobre todo astronómicos”.

Esta interpretación coincide con la opinión del historiador José Javier Azanza, que en su dosier “¡Ya vienen los Reyes! Historia, leyenda y arte en torno a los Magos de Oriente”, sostiene que “lo más probable es que fueran sacerdotes y astrólogos originarios de Babilonia o Persia, dado que ambos eran grandes centros astrológicos donde los magos eran una casta sacerdotal con mucha influencia”. El salto a la categoría de Reyes podría producirse en el siglo VII cuando en el “Evangelio armenio de la infancia” aparece escrito que “Melchor reinaba sobre los persas, Baltasar sobre los indios, y Gaspar, sobre el país de los árabes”.

Figura del Rey Negro
La figura del rey negro, Baltasar, no apareció hasta la Edad Media / IRV

¿Tres Reyes?
Pero ahondemos un poco más en estas cuestiones porque existen muchas interpretaciones distintas. ¿Realmente fueron tres? De hecho existen versiones que hablan de más de sesenta o incluso de doce. La cifra de tres aparece en una recopilación de leyendas e historias relacionadas con el cristianismo del siglo IX llamada “Liber Pontificalis”. En ella se habla de tres reyes a partir de una deducción por el número de regalos y por el significado de esa cifra asociado a la Trinidad. Pero podría haberse sabido incluso antes de esa fecha.

El historiador Azanza apunta que ya en el siglo III el teólogo Orígenes había considerado que eran tres, dato confirmado por la Iglesia en el siglo V mediante una declaración del Papa León I ‘el Magno’ en sus “Sermones de la Epifanía”. Los nombres también aparecen en el “Liber Pontificalis“ aunque es a partir de su inclusión en dicha obra que se asumen como tales. Los nombres originales en realidad eran los de “Melchior”, “Bithisarca” y “Gathaspa”.

(En la segunda entrega -que publicaremos antes del día 5- complementamos esta primera versión sobre la «Leyenda de los Reyes Magos» y los muchos secretos que todavía existen sobre ella.)


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Aspecto exterior de la Basílica en Belén

El profesor de la Universidad de Florencia Franco Cardini, en un ciclo de conferencias organizado por la Casa Árabe, aseguraba que “el ascenso de los magos a categoría de reyes no aparece hasta el siglo II”. El autor latino Tertuliano sería quien afirmara que “los sacerdotes astrónomos pueden ser identificados como reyes de sus países”. Y es con este autor que aparece la figura del rey ‘viejo’, Melchor. Sobre el número, señala que la primera referencia a que eran tres se encontró en las catacumbas de Priscilla, en Roma. En dicha necrópolis paleocristiana del siglo II d.C. aparecen las representaciones de tres figuras que desfilan ante la Virgen y el niño Jesús.

Cardini también aporta más datos sobre cuestiones como los nombres o sus descripciones. Así, apunta que la primera referencia a sus nombres se encuentra en los mosaicos de San Apollinaire Nuovo, en la población italiana de Rávena, del siglo VI, donde además de sus nombres escritos, también aparecen los personajes reproducidos y ya ofreciendo características que los distinguen, sobre todo a partir de sus edades. Así, aparecen: Melchor, con barba blanca y portando oro; Gaspar, de mediana edad y con barba, llevando la mirra; y Baltasar, barbilampiño, con el incienso. Los tres regalos, según la tradición, hacen referencia a las naturalezas de Jesús como rey de los hombres (oro), hijo de Dios (incienso) y la Pasión (mirra).

Gruta donde supuestamente nació Jesús. También en la imagen siguiente

¿Edades y orígenes?
Sobre estos aspectos, precisamente, el historiador Azanza señala que en los comienzos del cristianismo los tres reyes aparecen representados correspondiendo a la misma raza, de edades parecidas y vestidos con indumentarias típicas persas de la época: “bonete frigio y estrechos pantalones con faldillas”. Es, según este autor, en el siglo XV cuando la forma de presentar a los tres reyes cambia para adaptarlos a la voluntad universalista del cristianismo. Así, ya tienen edades distintas y correspondientes a los tres estadios del hombre y también procedencias diferentes y que les otorgan orígenes relacionados con los tres continentes conocidos por entonces: Europa, Asia y África.

Es, precisamente en esta etapa de la Edad Media tardía cuando empieza a aparecer, por todo lo anterior mencionado, el rey negro (un color que hasta ese momento no había gozado de muy buena imagen, más asociado a la oscuridad y, con ello, al infierno). De hecho, existen también leyendas vinculadas a los Reyes Magos que les atribuyen un mensaje bastante más convulso vinculado al fin del mundo o el apocalipsis. Cardini recuerda que en algunas representaciones artísticas éstos sirven como anunciadores del fin del mundo o que no “sólo habrían acudido a Palestina para celebrar el nacimiento de Jesús, sino también para señalarlo como el elegido, el futuro hombre que habría de morir para salvar con su sacrificio a la humanidad”.

¿Y la estrella?
La estrella, como guía, podría empezar a aparecer a partir de comienzos del siglo XIV en alguna pintura. En concreto, este especialista italiano se refiere al pintor florentino Giotto di Bondone que en 1306 introduce la imagen de la conocida estrella de Belén y que, en realidad, podría corresponder “al cometa Halley, que aquel año fue visto en Europa”. El astrónomo vienés Konradin Ferrari señala que pudo existir en la época un grupo reducido de “astrónomos babilonios” capaces de interpretar los cielos, que siguieron la estrella convencidos que los guiaba hacia el nuevo rey de los judíos. Para el Papa Ratzinger “los sabios de Oriente son un inicio: representan a la humanidad cuando emprende el camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre la historia”.

Imagen de una de las zonas céntricas de Belén con una clara alusión a la Estrella.

Está claro, por lo tanto, que existen muchas lagunas e interpretaciones sobre la leyenda que envuelve a los Tres Reyes, que apenas aparece –o lo hace bastante poco- en la Biblia. La tradición, en cualquier caso, asegura que fueron bautizados “por Santo Tomás” y que contribuyeron a propagar el mensaje de Jesús (podría ser que por la India), acabando siendo martirizados por predicar el cristianismo en un año cercano al 70 d.C. Serían entonces los tres cuerpos enterrados en el mismo sarcófago y llevados por la emperatriz Elena en el siglo IV a Constantinopla. Desde allí, acabarían siglos más tarde en Milán y trasladados de la ciudad italiana, tras el asedio del emperador Federico Barbarroja en 1162, a Colonia donde hoy permanece su relicario. //


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